sábado, 9 de abril de 2011

Canal de Panamá y Parque Metropolitano de Ciudad de Panamá

El día martes fui a visitar una de las exclusas del canal de Panamá, la de Miraflores, la más cercana a la ciudad. La necesidad de estas exclusas es para poder subir a los barcos a la altura del lago Miraflores y Gatún, que están, obviamente, en tierra, y no tiene nada que ver con el rumor de que el océano atlántico estaría a un nivel superior que el pacífico por el tema de la rotación de la tierra. Ambos están al mismo nivel. Lo que sí sucede, es que las mareas cambian, y por ende en la mañana se aprovechan para que los que vienen del Atlántico crucen al Pacífico, y viceversa en la tarde. Hay pues 3 exclusas por lado del canal, las cuales elevan a los barcos a cerca de 27 metros sobre el nivel del mar.

Las piscinas de las exclusas son increíbles. Vienen funcionando prácticamente igual desde 1903, y consisten en que cuando el barco entra, las puertas se cierran y se llenan las piscinas con 197 millones de litros de agua (si va entrando al canal, si va saliendo esta agua se bota y se pierde en el mar). Créanlo o no, se demora entre 8 y 10 minutos en llenar, subiendo al barco 9 metros hasta el nivel de la siguiente piscina (o del lago), o sea, como un metro por minuto. Así en el aire no dice mucho, pero hagan la prueba de llenar su tina con agua, y se van a demorar más que eso, para que vean lo rápido que funciona el tema. Cruzar el canal toma 8 horas, pero como hay que esperar entre medio que pasen otros barcos, se van dando ciertas prioridades y esas cosas, normalmente son como 12 horas. Me comentaron que se necesitan al menos 4 pasajeros por barco para cruzar el canal, así que a veces capitanes de embarcaciones pequeñas reclutan gente que quiera cruzar el canal para hacer la cuota (probablemente cobren algo por el atractivo, pero no debe ser mucho).

El lugar está bien cuidado y se han preocupado de hacer cosas bien informativas para los visitantes. Algo que me ha llamado mucho la atención es que se respeta muchísimo a los ingenieros franceses, a pesar de haber fracasado, generalmente se los destaca como los impulsores de la obra, y es a los que más espacio informativo les dan, y casi que los gringos simplemente llegaron a terminar lo que los otros habían tenido que dejar botado. (Por cierto, lo que más me ha llamado la atención de todo no es algo que haya visto, sino escuchado: los truenos. Son realmente impresionantes, suena como si el cielo se partiera en dos, y si en la Galia eran parecidos, ahora entiendo por qué Asterix y sus amigos creían que el cielo se les podía caer sobre sus cabezas).

El Jueves fui a recorrer el parque metropolitano de ciudad de Panamá. Digamos que es una especie de cerro san Cristóbal (pero del tamaño del cerro santa lucía o más bajo) en versión selvática. Increíble que ese lugar tan selvático esté literalmente al lado de la carretera. Durante buena parte del recorrido podía escuchar los autos, e incluso verlos. Por la hora a la que fui, no logré divisar muchos pájaros, que se supone son uno de los atractivos del lugar, pero encontré varias especies de mariposas y muchísimas hormigas acarreando comida. También me topé con otros insectos en el paseo.

Desde la cima del cerro, hay una buena vista del canal y de la ciudad, un poco tapada por tanto árbol del mismo parque. La vuelta debe haber sido lo más interesante, pues el camino se adentra por sectores donde se puede apreciar la densidad y altura de la vegetación, que puede llegar hasta 60 metros. Ahí se sentía como efectivamente el bosque está vivo. Puede ser que no hubiese ningún animal a la vista, pero todo el tiempo se veían hojas cayendo y se sentían ruidos por el viento o quizás animales bien escondidos.

A pesar que la gurdaparques me había dicho que podía encontrar monos titíes y perezosos (aunque también me advirtió que por el calor de la época tienden a adentrarse más y cuesta verlos), llegando a la salida del parque me había resignado a no ver animales de orden superior y me estaba conformando con las hormigas grandotas, cuando gracias a una linda hoja en el camino que me dediqué a fotografiar, pude escuchar algo en árboles cercanos y ¡ver 3 monos titíes! Lamentablemente los monos también me vieron a mí, y se entretuvieron posando coquetamente, sólo para moverse al minuto que iba a tomar la foto. Lo increíble es que no debo haber estado a más de 50 metros de la salida del parque, casi al lado de la carretera. Y pensar que acá lo único que vimos en el parque Pan de Azucar, bien protegido y todo, fueron chanchitos de tierra.

Bueno, eso por ahora, próximo tema, el Valle de Ancón, y creo que ese sí va en serio.

Links de Interés
Canal de Panamá
Parque Metropolitano Ciudad de Panamá
Album de picasa

1 comentario:

  1. oh me retracto! has visitado el interior! bueno aunque te ha quedado mucho por concoer saludos

    olmedo

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